El Regreso cap 11

-Hicisteis todo lo que pudisteis -¿qué situa­ción? ¿De qué estaba hablando Darcy? Miley estaba demasiado asustada como para pregun­társelo. Se tranquilizó a sí misma diciéndose que Luca Raffacani era demasiado inteligente como para revelarle cosas a Nick que pusieran en peligro su matrimonio-. Vamos a olvidamos del pasado. Ahora lo único que im­porta es que Nick ha vuelto a casa con­migo.

-Como debe ser -se apresuró a decir Darcy-. Sé que los asuntos de casa no deben airearse, pero... ¡Oh, querida, ya estoy otra vez con el tema y mira que Luca me advirtió que no ha­blara de ello!

Miley se dijo que no era posible que lo de su falso romance de hacía cinco años hubiera lle­gado hasta Italia. ¡Se estaba obsesionando! No era posible que lo que publicó un solo periódico hubiera dado la vuelta al mundo. Sonrió

-¿Nunca te ha pasado que, basta que te digan que no puedes hablar de algo, para que no te lo puedas quitar de la cabeza?

-Exactamente -contestó Darcy riéndose- ¡Yo no soy nada discreta, pero Luca, sí!

Miley se quedó más tranquila ante aquella afirmación, que, por otra parte, le hizo recordar la envidia que había sentido en el pasado por el matrimonio de Luca y Darcy, dos personas muy diferentes que se complementaban a la perfec­ción. Darcy era inocente y realista mientras que Luca era mucho más complejo y reservado. Las dos mujeres salieron a la terraza, desde la que se divisaba el maravilloso paisaje de la Toscana. Al final, se encontraron con sus maridos.

Miley estaba tensa, pero se quedó más tran­quila cuando Luca la saludó con una sonrisa Nick la abrazó y la apretó contra su cuerpo, con lo que sus preocupaciones desaparecieron por completo. La felicidad se reflejó en sus ojos. En el pasado, Nick no demostraba sus sentimientos por ella en público.

Vio que Luca acariciaba los rizos de su es­posa mientras Darcy lo miraba a los ojos y se dio cuenta de que Nick la estaba mirando con curiosidad. Aquella mirada no se le borró de la memoria.         

La conversación giró en torno a la villa. NICK les explicó que su abuela, Livia Jonas, había encargado a arquitectos e historia­dores que se encargaran del proyecto de restauración.

-Tardaron cuatro años en restaurarla...

-y solo hay duchas en los vestuarios de la piscina -apuntó Miley divertida recordando la cara de horror de su marido cuando aquella misma mañana había ido a ducharse y se había encontrado un enorme baño en el que solo había una bañera.

-Por eso, todavía hay unos cuantos arreglos que hacer. No tengo ganas de vivir como en el siglo XVIII. Tenemos piscina gracias a que Nonna era una excelente nadadora.

-Tu abuela os crió a tus hermanos y a ti cuando murieron tus padres, ¿verdad? -pre­guntó Darcy-. Encargarse de eso, además de dedicar su vida a la restauración de edificios históricos debía de ser agotador. Tuvo que ser una mujer muy activa.

Livia Jonas había sido una intelectual ex­tremadamente rica. Se quedó viuda joven con un solo hijo al que no dedicó ningún tiempo porque estaba más interesada en sus proyectos de restauración. Los padres de Nick murie­ron en un accidente de coche cuando él tenía trece años. Una vez le había confesado a Miley que su abuela lo adoraba porque era muy inteli­gente. A sus hermanos les costó mucho no con­tar con la misma aprobación. Por eso, Nick estaba acostumbrado a cuidar de ellos desde pe­queño.