jueves, 10 de noviembre de 2011

Una deuda de Amor cap- 34

Y también estaba el estanque que había hecho construir para los pececitos.
Lo único que la preocupaba era que no la hubiese ayudado a encontrar a Demi. ¿Sería porque realmente no la podía soportar o porque algo había sucedido entre ellos que le trataba de ocultar?
Ésa era la única nube en su futuro, porque Nick se comportaba como un marido verdadero, hablando del bebé como si ya hubiese nacido. La semana siguiente venía Jasper y harían una recepción para quinientas personas.
Llamó a Liam a media mañana para contarle lo de la boda e invitarlo. Reaccionó con sorpresa e insistió en verla. Miley pensaba que ni se molestaría en hacerlo.
Y luego, al mediodía, el mundo se le vino abajo. Bruce Gregory llamó para preguntarle dónde comía Nick.
-Mencionó una reunión diplomática -dijo Miley sorprendida.
-No. Canceló para reunirse con tu hermana, y debe tener el móvil apagado. Es por un tema urgente.
-No sé dónde han ido -dijo Miley, cuando logró recobrar la voz.
Bruce cortó, dejándola totalmente apabullada. ¿Nick tenía una aventura con Demi? ¿Era tan tonta que no se había dado cuenta? ¿Y entonces, por qué la llevaba a la cama temprano todas las noches?
Media hora más tarde, Fisher abría la puerta del salón.
-La señorita Sinclair, señora -anunció.
Y antes de que Miley pudiera recuperar el aliento, entró Demi llorosa y casi histérica.
-¡He hecho algo horrible y me vas a odiar, pero eres la única que puede ayudarme! -exclamó, antes de que Fisher cerrara la puerta-. He metido la pata. Intenté chantajear a Nick -Demi se pasó una mano por la melena -. ¿Cómo te has casado con un tipo tan odioso, Miley?
Miley se desplomó en una silla.
-Te acostaste con Nick -dijo, como si le hubiera dado una bofetada.
-¿Acostarme? ¡Ni loca! -lloriqueó Demi-. Me arrojé en sus brazos aquella mañana en la costa, pero no quiso saber nada conmigo. ¡No lo dudó en lo más mínimo!
Miley sintió pena por su hermana y la abrazó, haciéndola sentar en al sofá, palmeándola en el hombro para tranquilizarla.
-Te comprendo -dijo, porque sabía lo que ello significaba para su hermana, acostumbrada a que los hombres cayeran a sus pies como moscas.
-¡Me dijo que era una harpía, que ni merecía lamerte los zapatos, el desgraciado!
-¿Qué hiciste para chantajearlo?
-Lo llamé de repente esta mañana y le dije que se arrepentiría si no se reunía conmigo hoy-reveló su hermana temblorosa-. Y cuando apareció lo amenacé con decirle a Jasper que vuestro matrimonio era un fiasco.
Miley se puso pálida.
-Dios mío...
-Era la forma de vengarme -susurró su hermana avergonzada-. ¡No lo habría hecho nunca, pero sentía que si le sacaba un poco de dinero me sentiría mejor después de la forma en que me humilló!
-No creo que lo hiciera por humillarte, Demi.
-¡Fue muy humillante cuando se rió de mi amenaza y me dijo que estabas embarazada!-protestó Demi, rompiendo un pañuelo de papel entre sus dedos-. ¡Y luego se enfadó y me dijo que pagaría con tal de que te dejara en paz, y entonces me sentí todavía peor!
Haciendo un esfuerzo por no sonreír, Miley trató de calmar a su alterada hermana. Entonces Demi se desahogó y le contó sus verdaderos problemas. Ya no la llamaban para trabajos porque estaba haciéndose mayor y en Los Angeles nadie había mostrado ningún interés en su carrera como actriz.
-¡Y además me dijo que vendría y te lo contaría todo! -continuó Demi-. Así que me vine volando, porque no podría soportar perderte. Siempre he contado contigo -murmuró Demi-. A nadie más le intereso.
En ese instante la puerta se abrió de golpe y Nick dio un paso para entrar, pero Miley se puso de pie.
-Te agradezco que hayas encontrado a Demi, Nick -le dijo con una sonrisa decidida-. Ahora que me lo ha contado todo estamos haciendo las paces.
Nick retrocedió con desgana y Miley calmó a Demi y la acompañó a un taxi.
Al volver, Nick la esperaba.
-Tendría que haberte dicho lo de Demi desde el principio -dijo-. En cuanto la mencionaste, la noche en que me contaste la verdad de sus deudas, me di cuenta. Tiene una reputación...
Miley le lanzó una azul mirada de reproche y fue como si a un volcán le pusieran una tapa para evitar que destruyera su entorno
-Conozco a mi hermana, Nick. No necesitas protegerme de ella -suspiró compasiva-. Está acostumbrada a usar su belleza para conseguir lo que quiere y necesitará mucho apoyo para hacer algunos cambios...
-¡Accidenti! ¿Piensas que va a cambiar?
-De la noche a la mañana, no, pero tendrá que hacerlo. No tiene otra opción -dijo con tranquila confianza-. No puede seguir vistiéndose como si tuviera quince años. Y no te preocupes -añadió para tranquilizarlo-, no querrá venir mientras estés aquí. No le gustas en absoluto.
Boquiabierto por sus sabias conclusiones, Nick la vio subir las escaleras.
-¿Dónde vas?
-A tomar una copa con Liam. Dijiste que no había problema.
Nick apretó los puños en los bolsillos de su elegante pantalón.
-Mentí. Me da miedo que lo veas y te des cuenta de que lo quieres con locura.
Oírlo admitir que estaba celoso le causó mucha ternura.
-Lo cancelaré entonces, no te preocupes -murmuró dulcemente-. Hace semanas que me he dado cuenta de que te amo con locura a ti.
Se lo dijo porque pensó que se merecía saberlo. Mientras subía a la habitación para llamar y cancelar su cita, Miley se preguntó si se arrepentiría luego de habérselo dicho. Cada vez le costaba más esconder sus emociones.
Nick la siguió a la habitación.
-Dices que me amas... -dijo-. ¿Quiere decir que me tienes cariño, o que me quieres tanto como lo querías a Liam?
Miley sintió que su corazón rebosaba de amor al oírlo. Era tan vulnerable. Lo miró con ternura irrepresible en los ojos.
-Con Liam fue sólo el capricho de creer que estaba enamorada. No era ni la enésima parte de lo que siento por ti.
Nick la tomó de las manos y la acercó a él.
-He estado rezando por oír eso desde la noche en que Jasper enfermó.
A Miley se le abrieron los ojos como platos, pendiente de cada una de sus palabras.
-¿Desde entonces?
-Cuando te vi en la puerta de la habitación, me di cuenta. Estaba enamorado de ti y no quería dejarte ir por si te me escapabas -confesó Nick mientras el color se le subía a las mejillas-. A la mañana siguiente me sentía genial, hasta que me dijiste que había sido un error y en el único que podías pensar era en Liam.
Nick la amaba. Miley le enmarcó la cara con las manos.
-Pensé que eso era lo que querías oír en ese momento. Perdóname. Si hubiese sabido cómo te sentías, nunca te lo habría dicho.
Más tarde, no recordaba cómo habían llegado a la cama, ni cómo sus ropas habían desaparecido. Y después de hacer el amor con salvaje pasión, seguros en el amor que los unía, lograron volver a hablar.
-Cuando fuimos a comer con Jasper y anunció sus planes de boda, sentí que era mi oportunidad, porque pensaba que seguías enamorada de Liam -explicó Nick, con los ojos llenos de amor-. Si lograba ponerte un anillo en el dedo, tendría la posibilidad de ganarme tu amor.
-¿Te querías casar conmigo? -se asombró Miley, recordando la sinceridad con que la había persuadido que se casara con él.
-¡Mamma mia! Si no lo hubiese querido, habría encontrado mil razones para convencerlo, empezando porque te merecías la alegría de organizar una boda como Dios manda.
-Pero tuve una boda como Dios manda -le aseguró Miley-. Y una luna de miel genial. Pero... ¿por qué insististe que llamara a Liam en nuestra noche de bodas?
-Estabas tan triste después de recibir esa estúpida carta que te mandó, que me diste pena. Me sentí culpable de negarte el contacto con él.
A Miley se le llenaron los ojos de lágrimas.
-Oh, Nick, si me querías realmente fue muy generoso de tu parte.
-¡Fue un impulso estúpido! -la contradijo Nick- Cuando te oí tan cariñosa tranquilizándolo por teléfono, di un puñetazo a la pared y me clavé el abrelatas.
-¡Ay, Dios! -le tembló la voz a Miley, que intentaba controlar la risa- ¡Tu pobre mano!
-Me carcomían los celos.
Finalmente lo admitía. Le dio un beso en el dedo como recompensa.
-Aunque nunca me creí que me estabas usando sólo por el sexo, amore mio -informó Nick, apretándola contra él y mirándola posesivo.
-No. Ya sabía que me había enamorado de ti, pero no quería que te asustaras y alejaras de mí. Y terminé haciéndolo en Granada -se lamentó Miley.
-Me disgusté tanto, que tuve que alejarme para poner en orden mis ideas. Y a la mañana siguiente vino Demi...
-Ya sé, olvídalo -lo instó Miley.
-Volvía a la clínica con el anillo de rubíes porque me habías dicho que significaba amor apasionado para declararte mi amor... ¿qué te pasa?
-Ahora entiendo todo -suspiró Miley-. Viste la cuenta del hotel y te enteraste de que había llamado a Liam...
-Fue como si me hubiesen retirado el suelo bajo los pies, y no me atreví a hacerlo. Pero cuando llegué a Londres ya me había tranquilizado e hice todo lo posible por mantener abierta la comunicación entre nosotros. También intenté poner a Spike de mi lado...
-¿Así que el bebé fue una buena noticia?
-¡La mejor del mundo! -exclamó Nick estrechándola entre sus brazos hasta hacerla perder el aliento.

FIN 

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