Demi se tranquilizó con las palabras de Miley.
-Bueno, si me perdonas por decirlo, no quiero estar metida en medio. Te acabas de casar.
-Si te quedaras, no sería eso... quiero decir... nuestro matrimonio no es...
Pero en cuanto lo dijo, recordó el apasionado abrazo que compartieron en el coche. ¿Nick habría actuado o no se le daban muy bien las relaciones platónicas? ¿O quizás se sentía tan atraído por ella como ella por él? Descartó la tercera alternativa. Seguro que estaba actuando.
-¿Qué quieres decir? -preguntó Demi.
-Nick sólo se casó conmigo para darle el gusto a Jasper. Es un matrimonio para que Jasper esté feliz hasta que supere su operación -confesó Miley-. Así que no te tienes por qué sentirte de más.
-¡Eso sí que resulta más lógico! -exclamó Demi con los ojos llenos de satisfacción-. Al fin y al cabo, ¿qué iba a ver un tipo como Nick Jonas en una mujer como tú? No quiero ofenderte- añadió, al ver que Miley palidecía-, pero, seamos sinceras, tú no eres nada del otro mundo, mientras que Nick...
-Sí -interrumpió Miley tensa, realmente ofendida por lo había dicho.
-Es un tipo realmente fabuloso -continuó Demi, observándose en el espejo-. Es guapísimo, y además está forrado. Mucho más mi tipo que el tuyo.
-Supongo que sí -respondió Miley trémula, sintiéndose fea y gorda por primera vez desde que Nick había hecho lo que ella se imaginaba que era una transformación espectacular. ¿Se creía que un cambio de peinado y bastante ropa bonita iba a realizar un milagro? ¿Era idiota?
-Y Nick seguro que está aburrido aquí con esos viejos y tú. Además, tú no cuentas -reflexionó Demi-. Tienes razón. Dadas las circunstancias, no hay motivo para no quedarme. Podría ser divertido pasar una temporadita contigo.
Miley se le quedó mirando el ombligo con su exótica joya, avergonzada al descubrir que no quería que su hermanastra se quedara. Se sintió horrorizada, pero era la pura verdad.
-¡Y tengo una sorpresa para ti! -continuó Demi, sacando de su pequeño bolso una carta arrugada.
En ese momento se abrió la puerta para dejar pasar a Nick. Alto, moreno y sonriente, tenía algo especial en la mirada. Inmediatamente se dio cuenta de que ella estaba consternada.
-Me la dio tu patrona -Demi le dio la carta y sorteó a Nick, para alejarse con una rutilante sonrisa.
-¿Qué es eso? -preguntó Nick, dando un paso adelante.
Miley miró la caligrafía.
-¡Dios mío! ¡Es una carta de Liam! ¡Nunca me había escrito antes!
Bruce apareció en la puerta.
-Todo está organizado, Nick.
-¡Oh, no! -exclamó Miley leyendo.
-¿Se ha muerto?
-No seas bobo, Nick. Liam quería que estuviera en su casa para que el mecánico fuese a arreglar la lavadora.
-Nueva York no está lo suficientemente lejos -reflexionó Nick.
-¡Y me da su teléfono allí! ¡Imagínate! -dijo Miley sorprendida.
-El ordenador está usando todas las líneas disponibles, y además cuesta una fortuna llamar a Nueva York -informó Nick impávido.
-Es verdad. Y además está la diferencia horaria -murmuró Miley ausente, mirándolo como si esperase que él le aclarase el tema.
-Me hago un lío con la diferencia horaria. Tendrás que buscarlo... la verdad es que no sé dónde. Vete de aquí, Bruce -le susurró a su ayudante, que había pasado de la mayor incredulidad al ataque de risa incontrolable.
-Me gustaría saber cómo le va en su nuevo trabajo -dijo Miley, releyendo apenada las tres líneas de la carta.
Se había sumido en sus propios pensamientos. Ya no creía estar enamorada de Liam y la avergonzaba un poco haberlo descubierto. ¿Cómo era posible que se conociese tan poco y se imaginase tanto?
La última semana había aprendido mucho sobre sí misma. Durante la enfermedad de su madrastra no había salido con chicos y, cuando llegó a Londres, los hombres no habían hecho precisamente una cola ante su puerta, así que se había imaginado estar enamorada de Liam. Un enamoramiento inocente que la hacía soñar despierta y tener tema de conversación con quienquiera que la escuchase. No le importaba no tener novio mientras estuviese Liam, y Dios sabe que no había mucho más en su vida, reflexionó con tristeza.
Nick la miraba como un halcón. Pálida y triste al darse cuenta del final de una etapa, Miley arrugó la carta entre los dedos. En una persona que siempre estaba alegre, el gesto parecía realmente dramático.
-Está bien... Puedes llamar a Liam esta noche.
Emergiendo de sus reflexiones, Miley se encontró con la penetrante mirada masculina que parecía un poco culpable. ¿Por qué se sentiría culpable ,justamente ese día? Jasper estaba contento como un niño con zapatos nuevos.
-Gracias. Me gustaría desearle buena suerte -admitió.
-Me temo que nos tenemos que ir. Ese vestido es hermoso, pero me imagino que te querrás cambiar -continuó Nick impertérrito.
-¿Ir? ¿Adónde? -preguntó totalmente alerta.
-Pasaremos los próximos días en otro sitio.
-¿Como... como una luna de miel? -preguntó horrorizada-. Pero supuse que con Jasper enfermo...
-Eduardo Arribas se quedará con él mientras estamos fuera. Jasper, por supuesto, quiere que pasemos algún tiempo solos.
Encontrando la mirada de sus maravillosos ojos, Miley se ruborizó y miró hacia otro lado.
-Pero va a ser muy incómodo... estar los dos solos, quiero decir.
-Tráete muchos libros -le recomendó Nick. Mientras Miley se cambiaba, Demi subió nuevamente. Parecía estar de mucho mejor humor.
-Ya que vosotros os vais, Nick me ha ofrecido el piso en una urbanización exclusiva de la costa. He decidido aceptarlo. Sabe que para mí esto es demasiado tranquilo.
Miley sonrió mientras se calzaba.
-¡Qué amable de su parte!
-¿Amable? Yo creo que es más que eso. Me alegra tanto que me hayas dicho la verdad sobre nuestro matrimonio porque... -miró a Miley con algo más que malicia en los ojos-, ¡Creo que le gusto un montón!
Miley sintió que el estómago se le encogía. Se puso pálida y se dio vuelta para esconder su reacción.
-Siempre me doy cuenta cuando le gusto a un hombre -continuó Demi con convicción-. Cuando Nick me vio abajo, se quedó petrificado, no manifestó ninguna reacción. Por supuesto, no podía, ¿no? ¡El mismo día de su boda! Y es inteligente, ¿eh? Sabe cómo disimular.
-Sí -dijo Miley con un nudo en la garganta. Y, de repente, con el corazón oprimido, se dio cuenta de por qué sufría, pero no por qué se sentía tan afectada por la noticia de Demi. Después de todo, la mayoría de los hombres se sentían atraídos por ella. Su hermanastra no sólo era sexy y glamorosa, también era divertida. Entonces, ¿por qué le había parecido que Nick no estaba impresionado por Demi? ¡Había sido un engaño de su mente?
-Después de todo -concluyó Demi secamente-, como tú has dicho, esta charada terminará pronto y Nick se quedará libre para hacer lo que quiera... ¡Y desde luego que yo también lo estaré para hacerlo con él!
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