Además, necesitaba un heredero, pero se protegía cada noche para que no hubiera un embarazo. Quizá no confiaba en ella lo suficiente, se dijo. Quizá Nick quería estar completamente seguro antes de discutir el asunto de los hijos.
Su marido estaba hablando con Majida en ese momento. ¿Qué le estaría diciendo aquella horrible mujer? Los hombres son muy vulnerables a la manipulación... En ese momento, su prima se alejó, curiosamente pálida.
En la limusina, de vuelta al palacio, Nick tomó su mano y se la llevó a los labios.
-Lo has hecho de maravilla. Estoy muy orgulloso de ti.
-Espero que tu gente me dé un poco de tiempo para acostumbrarme. Tengo mucho que aprender sobre tu país.
-¿Por eso parecías tan aprensiva? -sonrió él. Miley asintió-. No te preocupes, aprenderás enseguida y podrás representar a Jumar en cualquier parte. Te pareces a mi madre. Ella también defendía sus causas con mucha pasión. Estoy seguro de que podrás aportar ideas para que las cosas en Jumar funcionen mejor.
Emocionada por aquella muestra de confianza, Miley sonrió.
-Espero que así sea.
-Mi prima no volverá a molestarte -dijo entonces Nick-. Me ha irritado mucho que te hablase como lo ha hecho...
-¿Has oído la conversación?
-Por casualidad. Pero ya imaginaba que habría sido Majida la persona que te insultó durante el banquete de bodas. Conozco bien a mis parientes y solo a Majida podía molestarla que yo eligiera otra esposa.
-Supongo que pensaba que ella era mejor candidata.
-Los matrimonios entre primos son habituales en mi país, pero a mi padre no le gustaron nunca.
-Entonces, aunque hubieras querido casarte con ella, no habrías podido.
-Siempre he podido elegir. Majida estaba celosa, pero a partir de ahora te tratará con el respeto debido.
-No tenías que intervenir...
-Claro que sí. Cuando te vi hablando con ella, me di cuenta de que no te atrevías a decirle lo que pensabas.
-¿No esperarías que me pusiera a discutir delante de todo el mundo?
-No. Pero me hace gracia que a mí me grites y no te atrevas con mi prima -rio Nick.
-Estaba intentando ponerme digna -sonrió Miley.
Nick apretó su mano.
-Podrías haberle dado la espalda, eso le habría sentado fatal.
Miley apoyó la cabeza sobre el hombro de su marido. Quizá no se atrevía a decirle que la amaba, pero estaba dispuesto a cuidar de ella. Eso estaba claro.
En ese momento, sonó el teléfono del coche y Nick contestó con gesto impaciente. Un segundo después, colgó con expresión preocupada.
-¿Qué ocurre? No serán los niños, ¿verdad?
-No. Parece que nuestra familia ha elegido el mismo día para avergonzarnos.
-¿Cómo?
-Tu padrastro nos espera en Muraaba y Latif necesita ayuda.
-Billy está en Jumar... ¿otra vez?
-¿Qué vamos a hacer con él? -suspiró Nick-. ¿Debo ser un corrupto y meterlo en la cárcel con cualquier excusa? Es lo que él espera de lo que cree un pueblo primitivo. Y sería una pena desilusionarlo.
-Qué horror -murmuró ella.
-No te preocupes. Yo me libraré de tu padrastro.
-No estoy preocupada. Todo lo contrario; estoy deseando enfrentarme con él de una vez por todas -dijo Miley. Nick la miró, incrédulo-. No temas, no voy a matarlo con mis propias manos. Pero, ¿qué es lo que quiere ahora?
Solo Billy Smythe podía atreverse a asomar la cabeza en la casa de un hombre al que, una vez, había intentado hacer chantaje.
-Quizá tu hermano ha notado por fin la desaparición de su hermana pequeña.
-No digas eso, Nick.
-¿Crees que no sé que preguntas todos los días si hay carta suya? Tu familia no te merece, Miley.
Era cierto que no sabía nada de Trace. Había llamado a casa de su padrastro un par de veces para hablar con su hermano, pero a pesar de haber dejado varios mensajes en el contestador, nadie se había puesto en contacto con ella.
-Trace nunca ha sido muy dado a llamar por teléfono -intentó defenderlo Miley-. Los hombres son así.
-Pero si él te debe su libertad...
-Trace no sabe nada del asunto.
-Cualquiera habría podido imaginar que su milagrosa salida de prisión y la desaparición de su hermana tenían algo que ver.
-Hablaré con Billy a solas. Lo que no entiendo es por qué Latif lo ha llevado a palacio.
-Imagínate a tu padrastro suelto en el Haja, montando un escándalo.
Latif los esperaba en la entrada de palacio y después de disculparse ante Miley, le dijo unas palabras a Nick en árabe.
Su marido se volvió, sonriendo.
-Latif me ha dicho que Billy ha conseguido una gran suma de dinero.
-¿De dónde?
-La lotería británica, por lo visto.
Miley lo miró, incrédula. En cualquier caso, Billy con dinero era mejor que Billy sin dinero. Y el miedo de que su padrastro hubiera decidido pedir un préstamo aprovechándose de la situación desapareció.
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