jueves, 10 de noviembre de 2011

Chantaje a un Amor cap - 23

-No hace falta. No quiero saber dónde está.
Miley acompañó al hombre a las puertas de palacio, una cortesía merecida porque lo había puesto en un compromiso.
-El año pasado... fue un momento de insoportable inquietud -dijo entonces Latif-. Pero durante las últimas semanas, esa inquietud parece haber desaparecido.
-Y seguirá siendo así -sonrió ella.
-Mi país se lo agradecerá, Alteza.
Miley entró en el dormitorio y se tumbó en la cama. Agradecía los consejos de Latif porque le había hecho entender algo más sobre su marido. Nick solo desaparecía cuando estaba realmente desesperado. Sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar que le había pedido perdón varias veces... algo que debía ser muy difícil para un hombre educado como un soberbio príncipe árabe.
Un año antes Nick la había amado y pensaba casarse con ella. El chantaje de Percy no cambió nada. Entonces, ¿qué había pasado? ¿Por qué aquella comedia de los errores, como el propio Tariq llamaba a su relación?
Fuera lo que fuera, Faye decidió que no podía abandonar a aquel hombre. Era complicado, anticuado, difícil... pero lo amaba. Y él la amaba también, aunque no pudiera decirlo.
Horas después, escuchó los pasos de Nick en el dormitorio. Ella no dijo nada hasta que se acercó a la cama, desnudo.
-Sabía que estabas despierta.
-Me alegro de que hayas vuelto.
Sin dudarlo, Miley se echó en sus brazos y sin dudarlo tampoco, él la apretó contra su pecho.
-Cuando hablamos, decimos cosas que no queremos decir -murmuró Nick-. Pero la curiosidad me mata. ¿Qué te ha dicho Latif?
-¿Sabes que ha estado aquí?
-Tengo mi propio servicio de espionaje -río su marido.
-Estaba preocupada por ti.
-Me alegro. Me hubiera gustado ir a la playa a nadar un rato, pero si lo hago tienen que sacar a todo el mundo del agua y... es muy complicado.
-Entonces, ¿sabes que llevas escolta aunque vayas de incógnito?
-Claro que lo sé. Llevo tanta compañía que es como si siempre estuviera dando una fiesta -dijo Nick, irónico-. Pero no digo nada. Mis escoltas se sienten orgullosos de seguirrne creyendo que son invisibles.
-Menuda fiesta.
-Estoy acostumbrado -se encogió él de hombros-. He estado conduciendo por ahí, pensando...
-¿En mí? -preguntó Miley.
-¿Vas a quedarte?
-Sí. Pero no quiero seguir hablando, Nick.
Él la apretó con fuerza, haciéndola notar su poderosa excitación. Miley sintió un estremecimiento, como si hubieran encendido un interruptor.
-Sería una crueldad condenarme a más duchas frías.
-Estoy de acuerdo.
-De repente, estás de acuerdo con todo lo que digo. El sexo nos une mucho -sonrió él.
Cuando Miley levantó la cara, Nick tomó sus labios con un beso devorador. Un beso en el que le decía cuánto la amaba. Sin palabras.

Tres días más tarde, Miley acudió a su primera visita oficial con Nick. Un nuevo centro para niños con problemas de dislexia cuya inauguración iba a presidir el príncipe.
-Pero nadie esperará que yo vaya -protestó Miley.
-Como ya ha sido anunciado nuestro matrimonio, tú estás incluida en todas mis recepciones oficiales. Mi agenda está organizada con meses de antelación, pero habrá que contratar más personal porque tendrás que hacer apariciones cuando yo esté de viaje.
Ella lo miró, completamente desconcertada.
-¿No lo dirás en serio?
-Todo el mundo siente curiosidad por conocerte. Aunque, si prefieres permanecer en palacio y no aparecer en público, respetaré tu decisión. Tu predecesora, la madre de Franky, no quería aparecer en público. Iba con velo y exigía quedarse en palacio.
-Yo no pienso llevar velo por nada del mundo.
-No te he dicho que tengas que hacerlo -rio Nick-. La madre de Franky era una mujer muy impopular. Nuestras mujeres se sentían amenazadas por su anticuado comportamiento. Además, yo quiero presumir de ti, no tenerte escondida.
Cuando llegaron al centro para niños, Miley descubrió que no era tan difícil. Solo tenía que saludar a la gente y hablar con los niños que estudiarían allí. Era una labor de relaciones públicas.
Durante el almuerzo, se encontró cara a cara con Majida, la prima de Nick que había causado una conmoción en el desierto.
Majida, vestida con una hermosa túnica rosada, se acercó a ella con una sonrisa en los labios mientras Nick charlaba con varios hombres.
-No te había visto, pero supongo que tienes algo que ver con este centro -la saludó Miley, intentando ser amable.
-Yo he organizado la recaudación del dinero para construirlo. Soy muy conocida en Jumar por mis causas benéficas -dijo la morena, orgullosa-. ¿Puedo felicitarla por su mano izquierda con los niños, Alteza?
-Gracias -murmuró Miley, sospechando que la frase estaba llena de sarcasmo.
-Pero claro, con tres niños que cuidar y la necesidad de tener un hijo propio, el príncipe Nick sabía exactamente qué cualidades debía buscar en su esposa -murmuró Majida entonces-. Mejor usted que yo.
La joven se alejó entonces y Miley tuvo que hacer un esfuerzo para disimular su ansiedad. ¿Era esa la razón por la que Nick no quería divorciarse?
¿Habría dicho lo mismo si Franky, Basma y Hayat no se hubieran encariñado tanto con ella? Nick se tomaba sus obligaciones con mucha seriedad y Miley sabía que era capaz de poner el deber por delante de sus inclinaciones personales. 

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