jueves, 10 de noviembre de 2011

Chantaje a un Amor cap - 16

Miley no dijo nada. No tenía sentido seguir discutiendo.
Lo oyó desvestirse, pero había tomado una decisión. Desde aquel momento, no volvería a pensar en el día de su boda, en el matrimonio que ni siquiera creyó que hubiera existido ni en el hecho de que Nick se hubiera divorciado de ella. Había perdido todo un año de su vida y no pensaba perder un segundo más.
Las luces se apagaron entonces.
-Deja que te abrace -murmuró Nick.
-No quiero que me abraces.
-Estás llorando.
-Eso es asunto mío.
-Me pone triste a mí también -dijo él, apretándola con fuerza entre sus brazos-. Solo quiero abrazarte. Podemos estar tristes juntos.
El calor del cuerpo del hombre la emocionó. Y sus palabras. ¿Se daba cuenta Nick de cuánto descubría con aquellas palabras?
-Hoy me han hablado del accidente de avión. Tu padre, tu madrastra, tu familia... Debió ser horrible para ti.
-Supongo que oirías hablar del accidente en Inglaterra. Salió en todas partes.
-Hace unos meses mi vida era... bueno, da igual. Mi hermano había vendido la casa y yo estaba buscando un sitio para vivir. Supongo que por eso no me enteré del accidente.
-¿Qué casa se había vendido?
-La mía -contestó ella.
-¿Tu hermano vendió la casa en la que vivías?
-Sí. Trace vivía en el cuartel y cuando dejó el ejército, no tenía sitio donde ir. Estoy hablando de la casa en la que crecimos...
-¿Y por qué la vendió?
Miley suspiró.
-Estaba demasiado lejos de Londres y a Lizzie no le venía bien, así que yo acepté que se vendiera. Usó ese dinero para empezar el negocio aquí...
-Pero yo no sabía que hubieras sacrificado tu hogar. ¿Cómo pudiste dejar que tu hermano vendiera esa casa? ¿Dónde viviste desde entonces?
-Alquilé un estudio con derecho a cocina cerca de la oficina en la que trabajaba... aunque no creo que tenga trabajo cuando vuelva porque se supone que solo podía estar fuera un par de días.
-¿Qué es un estudio?
-¿No lo sabes? -preguntó Miley, sorprendida. Nick negó con la cabeza-. Pues es una habitación que hace las veces de dormitorio y cuarto de estar.
-¿Y tenías que compartir la cocina con extraños? -preguntó él, atónito.
-Me temo que sí -sonrió Miley.
-Yo pensé que vivías con tu hermano o con tu padrastro.
-Trace vino a vivir a Jumar. En cuanto a Billy, solo me llamó al enterarse de que mi hermano estaba en la cárcel. No tenemos ningún contacto, nunca lo hemos tenido. Mi padrastro se llevaría un disgusto si supiera que estuvimos casados de verdad. Menos mal que te divorciaste de mí...
-Duérmete -la interrumpió Nick. Miley notó que estaba tenso, y poco a poco, con el calor del cuerpo del hombre pegado al suyo, se fue quedando dormida. Estaba maravillada de que, después de todo lo que había pasado, pudieran seguir hablando. Quizá no podían evitarlo. Quizá, a pesar de sí mismos, nunca podrían dejar de estar juntos. 

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