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Nick estaba tumbado de espaldas en diagonal. Los últimos rayos de la tarde entraban por la ventana. Miley lo estudió su fuerte mandíbula, su preciosa boca, el vello negro que cubría sus estupendos pectorales la piel dorada que cubría sus poderosos músculos.
Solo pensar en tocarlo la hacía temblar. Se metió en la cama con mucho cuidado para no despertarlo. Se acercó a él, hipnotizada por el subir y bajar de su pecho, por su respiración, por él. Le puso la mano en el brazo suavemente. Él se movió. Miley se quedó quieta, pero la necesidad de expresarle lo mucho que lo quería la impulsó a seguir adelante.
Agachó la cabeza y apoyó los labios en su tripa, fuerte y dura. Le pasó la lengua por la piel sintiendo un escalofrío al saborearla. El calor invadió su cuerpo tembloroso, sus pechos se endurecieron y sus' pezones se pusieron en punta. Su aroma era un afrodisíaco para sus sentidos, hambrientos desde hacía tanto tiempo. Le puso la mano en la cadera para no perder el equilibrio y comenzó a apartar la sábana.
De repente, Nick la agarró del pelo y la llevó hacía sí. Miley ya no tenía el control. La besó con fruición y ella sintió un enorme deseo por todo el cuerpo. Con manos firmes la agarró de la cintura, la levantó y la colocó encima de él para que pudiera sentir su masculinidad en todo su esplendor.
El calor que de allí emanaba casi le quemó la pelvis. Miley gimió y, al instante, Nick paró, la agarró de los antebrazos y la apartó.
Unos ojos asombrados se encontraron con los de ella en la oscuridad.
-¿Miley? -dijo él sin poder creérselo-. ¿Checos' hai?
Se dio cuenta de que Nick había respondido a sus caricias incluso antes de estar despierto. Se quedó de piedra, no podía hablar y estaba roja como un tomate. Él observó el conjunto de lencería. Parpadeó. Volvió a mirarla, anonadado.
-Per amor di Dio... ¿A qué demonios estás jugando? -antes de meterse en la cama, Miley se había imaginado que él se despertaba y la agarraba con dulzura y entusiasmo, pero la había apartado para recuperar el control y la estaba preguntando la mayor estupidez que la había preguntado jamás- ¿Qué haces así vestida? -añadió viendo los tacones de tacón alto que llevaba.
-Yo... Yo no sé qué decir -contestó ella atropelladamente.
-¿Has estado bebiendo?
-Bueno, eh... un poco...
-¿Tienes que darle a la botella para acostarte conmigo?
-Sí...¡quiero decir, no! -contestó ella confusa ante su enfado.
-Y, cuando estás borracha, te metes en la cama con zapatos -dijo él iracundo apartándola hacia un lado de la cama-o Cuando me fui, eras una esposa tímida y estrecha y, ahora, ¡te has convertido en una furcia de alto nivel!
-No... no, no es eso... -contestó ella bajándose de la cama.
-¿Quién fue? -preguntó furioso agarrándola con fuerza de la muñeca antes de que a ella le diera tiempo de escapar - ¿Quién consiguió que se produjera el milagro mientras yo estaba fuera? ¿No crees que tengo derecho a saber quién se ha estado acostando con mi mujer mientras yo no podía hacer nada para impedirlo?
Miley se quedó pálida. Lo miró con ojos que reflejaban un gran asombro. La tensión que flotaba en el aire se le antojó crueldad para sus nervios. Nick suspiró con fuerza, bajó la mirada y la soltó.
Miley se levantó de la cama, agarró el camisón de la silla y se lo puso con manos temblorosas. ¿La había llamado furcia de alto nivel? Sentía una mezcla de mortificación y vergüenza en la tripa. No la deseaba... ¿por qué se había imaginado que sí lo haría? ¿De dónde se habría sacado la loca idea de que esos cinco años le iban a haber dado la destreza sexual de la que carecía? Demasiado tarde. Lo único que había conseguido era desatar la ira de Nick, que la estaba acusando de haberse acostado con otro hombre
-Supongo que sería con Mark... -continuó él apretando los puños- ¡Esa maldita sabandija esperó su oportunidad!
Miley se quedó petrificada un momento, pero reaccionó y se fue al baño. Cerró con cerrojo y tomó aire con fuerza ante aquel último comentario. ¿Lo sabía? Si no, ¿por qué habría dicho que era Mark? Seguro que alguien le había contado lo de los periódicos, sucias mentiras, sobre ella que habían publicado a los pocos meses de su desaparición.
Nick intentó abrir la puerta. Llamó. -Miley, abre Ya no estoy enfadado. Quiero
hablar contigo. .
Miley se apartó de la puerta. No tenía ninguna intención de abrirle. Tenía el cerebro destrozado, la cabeza no le daba para enfrentarse en aquel momento a aquella situación, a Nick. Se quitó el camisón, se arrancó el sujetador y las braguitas y las arrojó al cesto de la ropa sucia con tristeza. Se quitó los zapatos de tacón y se volvió a poner el camisón. Todo había salido fatal. Todo le salía siempre fatal con Nick.
-Miley si no abres, tiro la puerta abajo-. No lo haría. No sería educado. Claro que las acusaciones que había vertido sobre ella tampoco habían tenido nada de educadas.
-Me vas a dejar de todas formas. No sé ni por qué me molesto en preocuparme. ¡No pienso salir! -dijo sollozando con amargura.
La puerta se abrió con un terrible estruendo y un golpe seco que la hizo rebotar en la pared que tenía detrás. Miley se quedó con la boca abierta. Se quedó mirándolo. Se había puesto los vaqueros, pero iba con el pecho al descubierto y, eso unido a la barba de tres días, el pelo largo y el brillo de sus ojos, le conferían un aspecto de 10 más seductor.
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Chicas me encontre unas imagenes q WOW medio locas memis o grupales una pequeñisima muestra aqui esta.
LAS QUIEREN VER ?
oooooh por dios me encanto todo aawww el capis super bueno me muero por leer la parte hot jejeje seguila plis!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarohhh hermosoo yasii seguila esta mega lindiiss
ResponderEliminarME ENCANTO EL CAPI!!! SEGUILAA PORFIISSSS!! JAJA YO SI QUIERO VER LAS IMAGENES :) JEJE
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