jueves, 2 de febrero de 2012

El Regreso cap 2

El otro hombre, Russell, el del Ministerio de
Exteriores comenzó a hablar. Le recordó que, al principio, bajaron la posibilidad de un secues­tro. Miley lo recordaba, pero había sido solo una posibilidad entre un millón.
-Su marido era... es -se apresuró a corre­girse- un hombre rico e influyente de la banca internacional...
-Ha dicho usted que está vivo... -lo inte­rrumpió Miley temblando. Los miró con ojo crítico. ¿Cómo se atrevían a darle falsas espe­ranzas?-. ¿Cómo es posible que esté vivo des­pués de tantos años? Si está vivo, ¿dónde ha estado todo este tiempo? Se han equivocado. Han cometido, ustedes un error. ¡Un terrible error!
-Su marido está vivo, señora Jonas le repitió el superintendente Entiendo que ente­rarse, de repente, le produzca una gran conmo­ción, pero debe creernos. Su marido, Nick Jonas, está vivo y está bien.
Miley tembló, los miró y cerró los ojos. Que­ría creerlos, rezó con desesperación para que fuera cierto. «Por favor, que sea verdad, que sea verdad. Si es un sueño, no quiero desper­tarme...». Durante todos aquellos años, aquel sueño la había atormentado tantas veces...
-Su marido apareció en Brasil hace dos días le dijo el consejero de exteriores.     
-Brasil... -repitió Miley.
-Estuvo. Más de cuatro años en la cárcel en. Montavia y, cuando lo soltaron, tuvo el sentido común de irse del país silenciosamente.
  -¿En la cárcel? -preguntó al joven sin poder creérselo-. ¿Nick en la cárcel? ¿Por qué?
  -El día en el que desapareció, lo secuestraron y lo llevaron a un campamento militar en el campo.
  «¿A un campamento militar?», Miley frunció el ceño. Aquello no se lo esperaba.
-Por lo visto, unos días después, mientras la guerra civil azotaba la diminuta república, las fuerzas rebeldes atacaron el campamento y, en la batalla, Nick recibió heridas graves en la cabeza. Los rebeldes lo encontraron y, al verlo herido, asumieron que era uno de los suyos. Su marido habla español. Gracias a eso y a su agili­dad mental, se salvó. Lo curaron en un hospital de campaña en mitad de la selva. Se estaba em­pezando a recuperar cuando lo capturaron los soldados del gobierno y lo encarcelaron acu­sado de ser miembro de la guerrilla.
Nick estaba vivo... ¡Nick estaba vivo! Miley empezó a creer lo que le estaban contando, comenzó a albergar esperanzas, a pe­sar de que su sentido común le advertía que fuera con cautela. Intentó concentrarse, pero le resultaba muy difícil. Se sentía estúpida, boba, desconfiada.
-Supongo que se estará preguntando por qué el no se identificó inmediatamente después de ser detenido continuó Russell-. Se dio cuenta de que revelar su identidad sería como firmar su sentencia de muerte. Sabía que los que lo se­cuestraron al principio fueron soldados leales a la dictadura de Montavia. Sabía que el secues­tro había salido mal, pero tenía la certeza de que no lo querían con vida... -           Miley parpadeó inten­tando enterarse de lo que le estaba contando el consejero de Exteriores. Se le había helado la sangre en las venas y se le estaba revolviendo el estómago. Habían secuestrado a Nick, lo habían herido... sus peores pesadillas habían sido ciertas Al darse cuenta de que, si se ente­raban de su verdadero nombre, estaría en gran peligro, su marido prefirió hacerse pasar por miembro de la guerrilla y cumplir la sentencia. Cuando lo dejaron libre, se dirigió a la frontera con Brasil y, desde allí, fue a casa de un empre­sario llamado Liam...
-Liam... -susurró Miley poniéndose los de­dos en las sienes como para recordar Nick fue a la universidad con alguien que se llamaba así.
-Dentro de aproximadamente una hora, su marido estará aterrizando en suelo inglés y quiere que los medios de comunicación no se enteren por el momento. Por eso, hemos que­rido hablar con usted de forma tan discreta.
Nick vivo. Nick volvía a casa. ¿A casa? Con su familia, claro, pero no con ella. Miley se quedó sentada, sintiendo una gran ale­gría y una inmensa angustia a la vez. Aquellos policías habían ido a darle la noticia porque, le­galmente, seguían estando casados, pero Miley sabía que su matrimonio apenas existía cuando su marido desapareció. Nick nunca la había querido. Se había casado con ella por despecho y se había arrepentido de ello.
¿Cuándo se había olvidado de eso? ¿Cuándo había empezado a vivir en un mundo irreal? Nick no iba a volver con ella. Si las circuns­tancias no lo hubieran evitado, seguramente ha­bría vuelto aquel día de hacía cinco años para pedirle el divorcio. ¿No era eso lo que había su­gerido su hermano? Supuso que, después de la odisea que había vivido, Nick estaría an­sioso por recuperar su vida. Además, cuando se enterara de lo que había ocurrido en su ausen­cia, seguro que no intentaba siquiera contactar con ella personalmente, seguramente lo haría el abogado que llevara el divorcio.
-Señora Jonas... Miley, ¿puedo llamarla Miley? -preguntó el superintendente.
-Su familia... los Jonas, su hermano y su mujer, su hermana -dijo Miley como atontada - Debemos decírselo.
-Según tengo entendido, Liam Hemword llamó a la familia de su marido y ellos se fueron inmediatamente para Brasil en su avión pri­vado.
Miley se quedó helada ante aquella noticia. El poco color que le quedaba en la cara desapare­ció y se quedó completamente pálida. ¿La fami­lia de Nick se había ido sin decirle a ella nada, sin decirle que estaba vivo? Dejó caer la cabeza y sintió ganas de vomitar ante tanta crueldad.
-En ocasiones como esta, en las que las fa­milias se han convertido en extrañas, uno puede reaccionar de forma muy rara, sin pensar -co­mentó el hombre mayor-o Nosotros nos entera­mos cuando nuestra embajada en Brasil se puso en contacto con el Ministerio de Asuntos Exte­riores. Nos pidieron cierta información antes de hacerle el pasaporte a su marido para que pu­diera volver a Inglaterra.
Miley seguía sin decir nada. Miraba la alfom­bra fijamente. Probablemente, Joe ya le ha­bría contado a Nick por qué no la habían llevado con ellos a buscarlo. ¡Aquellas terribles mentiras que los periódicos habían publicado tan solo tres meses después de su desaparición! Los groseros cotilleos y la deshonra que pudie­ron con ella e hicieron que se fuera de casa de los Jonas para no volverse loca.

1 comentario:

  1. WOW! ESTUVO GENIAL EL CAPI! SEGUILAA!! QUIERO SABER COMO SIGUE JAJA , BESOTES ESPERO EL PROXIMO

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