jueves, 10 de noviembre de 2011

Chantaje a un Amor cap - 19

Cuando Nick se enterró en ella con una poderosa embestida, se apretó contra su pecho con un gemido de agonía. Lo que siguió le proporcionó el mayor placer que había sentido nunca. Se entregó a él, quemándose de impaciencia, sintiendo que tocaba el cielo.
Cuando terminaron, Miley se sentía gloriosa. Nick la apretaba con tal fuerza que no sabía dónde empezaba ella y dónde terminaba él. Y lo más bonito era cómo la miraba.
-Eres muy especial.
-Tú también.
-Puede que no te deje ir nunca.
Ella sonrió, como la esfinge. ¿Dejarla ir? Nick ibn Zachir nunca podría dejarla ir.


-¿Dónde crees que estoy? -preguntó Nick, al teléfono.
Había algo muy sexy en la voz del hombre, pensó Miley.Nick le había proporcionado un teléfono móvil para que pudieran conversar cuando él estaba fuera de palacio y se dedicaban a preparar los encuentros como si fueran amantes secretos. Miley no soltaba nunca el teléfono. Era su substituto, el seguro de que era la mujer más deseable del mundo para él.
La rana había vuelto a convertirse en príncipe. El príncipe más hermoso y más cálido del desierto.
-¿Vienes a casa? -preguntó ella, ansiosa.
-No.
-¿Cuánto vas a tardar?
-No lo sé. ¿Dónde estás?
-En el jardín -suspiró Miley-. Tendrás que buscarme.
-¿Crees que no lo haría? -murmuró él con un tono lleno de promesas.
Miley colgó, volviendo su atención a los niños. Después de disfrutar de la merienda, estaban jugando sobre una alfombra bajo los árboles. Hayat se puso de pie sujetándose a ella y le plantó un beso en la cara. Basma estaba sentada sobre sus rodillas, jugando con una flor, y Franky tumbado, mirando el cielo, en una postura muy simpática. Cuando Nick no estaba en el palacio, Miley siempre estaba con los niños. Él solía pasar un rato con ellos por la noche, cuando volvía de sus reuniones. Pero en esos momentos, Miley lo dejaba solo. Entendía que, para él, la relación con tres niños tan pequeños era difícil.
A veces se había preguntado si sabría las horas que pasaba con ellos cuando él no estaba, pero como Nick no había sacado el tema, Miley decidió no hacerlo tampoco.
En cualquier caso, cuando estaban juntos, no había nada más en el mundo. Estaban encerrados, viviendo una aventura tan apasionada que Miley se sentía completamente feliz. Estaba más enamorada de él que nunca. Y Nick de ella. No podía negarlo.
Mientras estaba perdida en sus pensamientos, vio con el rabillo del ojo que las criadas se arrodillaban en la alfombra. Sorprendida, levantó la cabeza y se quedó atónita al ver a Nick a unos metros de ella. Le había dicho que no se dirigía al palacio, pero era una broma. Ya estaba en palacio.
Nick parecía sorprendido de verla con los niños e hizo un gesto con la mano para que las criadas desaparecieran.
-¿Desde cuándo eres tan amiga de los niños?
Franky se levantó de un salto y le gritó algo en árabe.
-Calla, Franky.
El niño se volvió hacia ella, llorando.
-Parece que te has vuelto indispensable -murmuró Nick, atónico, al ver que las mellizas también se ponían a llorar-. ¿Es una casualidad o lo has hecho a propósito?
Después de decir aquello, se dio la vuelta, aparentemente ofendido.
-¿Qué le has dicho, Franky? -preguntó Miley, angustiada.
-Que eres mi mamá y que si tú te vas, yo me voy contigo -contestó el niño, sollozando.

Miley lo encontró en las habitaciones del primer piso.
-¡Nick!
Él se dio la vuelta, con expresión indescifrable.
-¿Has conseguido mitigar la histeria que mi presencia ha provocado?
-Los niños se han ido a dormir. Yo no sabía que Franky mantenía en secreto el tiempo que pasaba conmigo y, desde luego, tampoco sabía que pensaba en mí como en una madre.
-No puedo decir que me haya gustado que me traten como si fuera el lobo feroz -dijo Nick entonces-. Incluso Basma y Hayat, que suelen recibirme con una sonrisa...
-Estaban cansadas y cuando Franky se puso a llorar, se asustaron.
-Ya -murmuró él, sin mirarla-. Había notado el cambio de comportamiento en mi hermano, pero pensé que era debido a que ya no tenía criados con los que portarse violentamente.
-Está muy solo, Nick. Quizá por eso me ha buscado a mí. Es un niño muy pequeño.
-La verdad es que yo estaba tan aliviado por su nueva actitud que no quise preguntarme cómo se había producido el milagro.
-Esos niños necesitan gente que los cuide. Los he visto tan solos, tan faltos de cariño que me ha parecido mi obligación estar con ellos.
-Es asombroso cómo te has ganado su amor a mis espaldas -dijo entonces Nick.
-¿A tus espaldas? ¿Por qué siempre tienes que acusarme de algo?
-¿Y por qué no me has dicho tú que pasabas tiempo con los niños?
Miley suspiró, agotada.
-Tú no tienes tiempo para nada. O, mejor dicho, solo tienes tiempo para tu trabajo y para mí. Y creo que deberías aprender a tratar con niños, Nick. No es una recriminación, es un consejo.
Nick la miró, perplejo. 

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