Chantaje a un Amor cap- 12

La sensación del rígido miembro invadiéndola era como una promesa de algo que había deseado siempre sin conocerlo. Miley sintió un dolor súbito cuando él empezó a moverse, pero pronto el placer la hizo olvidarse de todo.

-El paraíso debe ser esto... -murmuró él. Miley estaba tan perdida en las sensaciones que no podía decir nada. Se movía debajo de él, sudando, con el corazón acelerado, la cabeza hacia atrás, recibiendo las embestidas del hombre, disfrutando de la posesión, del dominio del poderoso cuerpo masculino dentro del suyo. Se apretó contra él cuando sintió una ola de placer desconocido creciendo dentro de ella. Y gritó su nombre sin darse cuenta. Después, estaba conmocionada. El corazón de Nick latía con fuerza sobre el suyo y Miley tenía los ojos cerrados, intentando creer que aquella intimidad era... amor.

¿Amor? Aún tenía que quitarle la venda de los ojos. Nick levantó la cabeza y la miró, sonriendo.

-Me alegro mucho de ser tu primer amante.

-Yo también me alegro.

-Era de justicia -murmuró él, acariciando su frente-. Tu pelo es del color de los rayos del sol.

-Eres muy romántico.

-Tú me hiciste ser romántico una vez.

Miley se mordió los labios. ¿Cómo podían recuperar aquel sentimiento? Estaba segura de que podían hacerlo, pero tendría que ser paciente. Poco a poco, Nick se daría cuenta de que lo que sentía por ella no era un deseo de venganza, sino verdadero amor.

Él levantó su barbilla con un dedo para mirarla a los ojos. La tierna sonrisa del hombre hacía que su corazón estallara de alegría.

-Peso demasiado...

-Ese no es el único fastidio de ser una concubina -sonrió Miley-. Pero no me gusta quejarme.

Nick se incorporó, sorprendido.

-¿Por qué hablas de concubinas?

-Tú mismo dijiste que lo era -murmuró ella, envolviéndose en la sábana para saltar de la cama.

-Vuelve aquí -le ordenó Nick entonces.

Miley lo miró. Tan moreno, tan atractivo, tan hermoso...

-No me da la gana -replicó ella, tranquilamente. Durante el segundo más largo de su vida, Nick la miró, incrédulo. Y después saltó de la cama como un tigre.

-Te estás portando como una niña. ¿Qué demonios te pasa?

-¿Qué me pasa? Nada, supongo que me estoy portando como una odalisca.

Nick estaba frente a ella, desnudo, con sus brillantes ojos dorados clavados en los suyos.

-Dime qué pasa, Miley.

-¿Esperas que obedezca tus órdenes, como si fuera una de las concubinas del harén?

-En Jumar, los harenes están prohibidos desde hace años.

-Pero si dijiste... -empezó a decir Miley, desconcertada.

-Era una broma. Y te lo has creído -sonrió él, tomándola en brazos. Para su sorpresa, no la llevó a la cama de nuevo, sino que la sacó de la habitación.

-¿Dónde vamos?

Nick entró en un espléndido cuarto de baño y cerró la puerta con el hombro. Dejándola en el suelo, le quitó la sábana con la que se envolvía y la metió en el jacuzzi.

El agua fresca sobre su acalorada piel la hizo dar un respingo. Entonces, al darse cuenta de que estaba completamente desnuda bajo la mirada escrutadora del hombre, Miley intentó hacerse invisible dentro de la bañera.

Nick se unió a ella con la gracia de un hombre a quien no avergonzaba su desnudez. Después, levantó su pelo con delicadeza y lo colocó por encima del jacuzzi para que no se mojara.

-Un harén -repitió él, divertido-. Aunque tú creas estar en un país bárbaro, mis súbditos se quedarían sorprendidos si le pusiera un velo a mi mujer. El harén forma parte de la historia árabe como las Cruzadas en el mundo occidental.

-Pues eres muy gracioso -replicó Miley-. Entonces, si no soy tu concubina, ¿qué soy? ¿Tu novia?

Nick apartó la mirada. Incluso después de lo que había pasado aquella noche entre ellos, del indudable cariño que habían compartido en la cama, seguía haciéndose el difícil. Miley resopló. «Qué pesado».

-En Jumar, las mujeres nunca han llevado velo. Las bereber nunca se han cubierto la cara. El harén también era un concepto extraño para ellas hasta que mi abuelo lo introdujo en el país. Me temo que su apetito sexual era legendario.

-¿Ah, sí?

-Así vivió mi padre hasta que conoció a mi madre, Rasmina -siguió explicando Nick-. Ella era hija de un diplomático libanés, universitaria y muy sofisticada. No aceptó casarse con mi padre hasta que el harén de palacio había desaparecido.

Miley escuchaba la historia con interés.

-Debía estar muy enamorado de ella.

-Era una mujer muy especial y mi padre fue muy sabio al casarse con ella. Mi madre trajo muchas cosas a Jumar. Es gracias a su influencia que nuestra sociedad se volvió más abierta, más liberal.

-¿Cuándo murió tu madre?

El rostro del hombre se ensombreció.

-Hace diez años. Desgraciadamente, durante una excursión al desierto, fue mordida por una serpiente venenosa. Mi padre casi se volvió loco de dolor.

-Qué horror... -murmuró Miley.

-Ven aquí... estás muy lejos -dijo Nick entonces, tomándola en sus brazos.

Miley se alegró de encontrarse sobre las piernas del hombre, sus pechos desnudos sobresaliendo del agua. De espaldas a él, con el trasero sobre los duros muslos masculinos y la espalda apoyada en su pecho, tenía que hacer un esfuerzo para concentrarse. Nick ibn Zachir era un hombre espléndido.

-Esto... ¿cuántos hermanos tienes?

-Solo Franky.

-Pero... -Miley le dio un manotazo cuando empezó a deslizar las manos por su estómago-. ¿Todas esas concubinas que tuvo antes de tu madre no le dieron...?

-De adolescente mi padre tuvo el sarampión y pensaban que nunca podría tener hijos. Mi llegada fue recibida casi como un milagro y la de Franky... bueno, mi hermano fue concebido con un tratamiento de fertilidad y solo tras la insistencia de mi madrastra -admitió Nick.

-Pero sigue siendo tu hermano. Deberías pensar en tu padre cuando lo miras, no en tu madrastra que, por lo visto, no era una persona precisamente encantadora.

-Por desgracia, todo el mundo en Jumar sabe cómo es Franky.

-Pero si es un niño -protestó Miley.

-La reputación de su madre lo precede. Nadie la quería en Jumar -dijo él, acariciando sus pezones que, involuntariamente, se habían endurecido ante el contacto de los dedos del hombre.

Miley tuvo que cerrar los ojos. ¿No podían tener una conversación sin que aquel hombre estuviera acariciándola?, se preguntó. Aunque era buena señal. Nick no podía apartar sus manos de ella.

-Si algo me pasara en el futuro, mi gente no aceptaría a Franky como sucesor. Por esa razón, pronto tendré que volver a casarme. Necesito un heredero.

Aquello hizo que Miley saliera de su estado de letargo. ¿Casarse de nuevo? ¿Significaba eso que, por muy poco que hubiera durado, su matrimonio era auténtico? Pero, ¿qué importaba ya?, se dijo. Estaban divorciados.

-¿Volver a casarte?

-Ya me he cansado del agua. Pero no de ti -sonrió él, levantándola como si no pesara más que una pluma.

Asustada por la idea de que Nick se casara con otra mujer por razones de estado... y por obstinación, Miley se quedó inmóvil mientras él la envolvía con una toalla. Había algo que la desorientaba en la manía de aquel hombre de cambiar de conversación continuamente sin darle tiempo a concentrarse en un solo tema.

Allí estaba, desnuda una hora después de haberlo amado, excitada bajo la más ligera de las caricias y... él le soltaba que tenía que volver a casarse. ¿Sería una forma de presión? ¿Querría que le pidiera perdón por lo que pasó un año atrás? Los príncipe árabes eran complicados en extremo, se dijo.

-Te deseo de nuevo -dijo entonces Nick, tirando la toalla al suelo-. Pero es lógico. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve con una mujer.

-¿Cuánto tiempo?

Él frunció el ceño, tomándola por la cintura.

-Durante un año he estado de luto por las trágicas muertes de varios miembros de mi familia.

Miley sonrió. Le gustaba que no hubiera habido otra mujer. Estaba segura de que Nick podría haber tenido muchas, en su país y en Europa. Que no hubiera mantenido ninguna otra relación en un año significaba muchas cosas. Aunque él no quisiera decirlo.

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ADORO MI FONDOOOOOOO NILEY FOREVER
LAS ADOROOOO ♥♥♥♥

LES DEJE CAP SUPER MEGAAA LARGO

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